¿Hay alguien entre vosotros con problemas? Que recen. ¿Alguien está contento? Que entonen cánticos de alabanza. ¿Hay alguien enfermo entre vosotros? Que llamen a los ancianos de la iglesia para que oren por ellos y los unjan con aceite en el nombre del Señor. Y la oración ofrecida con fe sanará al enfermo; el Señor lo resucitará. Si han pecado, serán perdonados. Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad unos por otros para que seáis sanados. La oración de una persona justa es poderosa y eficaz.