El amor debe ser sincero. Odia lo que es malo; aférrate a lo que es bueno. Amaos los unos a los otros. Honraos los unos a los otros por encima de vosotros mismos. Nunca te falte celo, sino que mantén tu fervor espiritual, sirviendo al Señor. Estad alegres en la esperanza, pacientes en la aflicción, fieles en la oración. Comparte con el pueblo del Señor que está necesitado. Practica la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis. Alégrate con los que se alegran; llora con los que lloran. Vivir en armonía unos con otros. No seas orgulloso, sino dispuesto a asociarte con personas de baja posición. No seas engreído.