Ven, volvamos al Señor. Nos ha hecho pedazos, pero nos curará; nos ha herido, pero vendará nuestras heridas. Al cabo de dos días nos reanimará; al tercer día nos restablecerá, para que vivamos en su presencia. Reconozcamos al Señor; insistamos en reconocerlo. Tan cierto como que sale el sol, él aparecerá; vendrá a nosotros como las lluvias de invierno, como las lluvias de primavera que riegan la tierra.