Tú eres la luz del mundo. Una ciudad construida sobre una colina no puede ocultarse. Tampoco se enciende una lámpara y se pone debajo de un cuenco. En lugar de eso, la colocan en su soporte y alumbra a todos los habitantes de la casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.