¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el amo ha puesto al cuidado de los criados de su casa para que les dé de comer a su tiempo? Será bueno para aquel siervo a quien su amo encuentre haciéndolo cuando regrese. En verdad os digo que le pondrá al frente de todos sus bienes. Pero supongamos que ese siervo es malvado y se dice a sí mismo: ‘Mi amo se va a ausentar por mucho tiempo’, y entonces comienza a golpear a sus consiervos y a comer y beber con los borrachos. El amo de ese siervo vendrá un día en que no lo espera y a una hora que desconoce. Lo despedazará y le asignará un lugar con los hipócritas, donde habrá llanto y crujir de dientes.