Sin embargo, me acuerdo de esto y por eso tengo esperanza: Por el gran amor del Señor no nos consumimos, porque sus compasiones nunca faltan. Son nuevos cada mañana; grande es tu fidelidad. Me digo: «El Señor es mi porción; por eso lo esperaré». El Señor es bueno con aquellos cuya esperanza está puesta en él, con el que lo busca; es bueno esperar tranquilamente la salvación del Señor.