El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz; los que habitaban en tierra de profundas tinieblas, sobre ellos ha brillado la luz. Has multiplicado la nación; has aumentado su alegría; se alegran ante ti como se alegran en la siega, como se alegran cuando reparten el botín. Pues el yugo de su carga, y el bastón para su hombro, la vara de su opresor, has quebrado como en el día de Madián. Porque cada bota del guerrero pisoteado en el tumulto de la batalla y cada prenda revolcada en sangre serán quemadas como combustible para el fuego. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. El aumento de su gobierno y de la paz no tendrá fin, en el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y con rectitud desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos lo hará.