Pero todo lo que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por amor de Cristo. Es más, lo considero todo una pérdida por el valor superlativo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuya causa he perdido todas las cosas. Las considero basura, para ganar a Cristo y ser hallado en él, no teniendo una justicia propia que viene de la ley, sino la que es por la fe en Cristo: la justicia que viene de Dios sobre la base de la fe.