Quiero conocer a Cristo, sí, conocer el poder de su resurrección y la participación en sus sufrimientos, llegando a ser como él en su muerte, y así, de alguna manera, alcanzar la resurrección de entre los muertos.
No es que ya haya obtenido todo esto, o que ya haya llegado a mi meta, sino que prosigo a asir aquello para lo cual Cristo Jesús me asió. Hermanos y hermanas, no considero que me haya apoderado todavía de ella. Pero una cosa hago: Olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está por delante, prosigo hacia la meta para ganar el premio para el que Dios me ha llamado al cielo en Cristo Jesús.