En vuestras relaciones mutuas, tened la misma mentalidad que Cristo Jesús: El cual, siendo Dios por naturaleza, no estimó el ser igual a Dios como cosa de que aprovecharse, sino que se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, hecho semejante a los hombres. Y hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!