Ahora quiero que sepan, hermanos y hermanas, que lo que me ha sucedido en realidad ha servido para hacer avanzar el Evangelio. Como resultado, ha quedado claro para toda la guardia del palacio y para todos los dem谩s que estoy encadenado por Cristo. Y gracias a mis cadenas, la mayor铆a de los hermanos y hermanas han adquirido confianza en el Se帽or y se atreven a煤n m谩s a proclamar el Evangelio sin miedo.
Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad, pero otros por buena voluntad. Estos 煤ltimos lo hacen por amor, sabiendo que he sido puesto aqu铆 para la defensa del Evangelio. Los primeros predican a Cristo por ambici贸n ego铆sta, no sinceramente, suponiendo que pueden causarme problemas mientras estoy encadenado. Pero, 驴qu茅 m谩s da? Lo importante es que de todas las maneras, ya sea por motivos falsos o verdaderos, se predique a Cristo. Y por eso me alegro.