Sed completamente humildes y mansos; tened paciencia, soportándoos unos a otros con amor. Esfuérzate por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como también vosotros fuisteis llamados a una sola esperanza cuando fuisteis llamados; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por todos y en todos.