Levanto los ojos a las montañas: ¿de dónde viene mi ayuda? Mi ayuda viene del Señor, Creador del cielo y de la tierra.
No dejará que tu pie resbale; el que vela por ti no se adormecerá; es más, el que vela por Israel no se adormecerá ni dormirá.
El Señor vela por ti, el Señor es tu sombra a tu derecha; el sol no te dañará de día, ni la luna de noche.
El Señor te guardará de todo mal: velará por tu vida; el Señor vigilará tu entrada y tu salida, ahora y siempre.