Os exhorto, hermanos, a que tengáis cuidado con los que causan divisiones y os ponen obstáculos contrarios a la enseñanza que habéis aprendido. Mantente alejado de ellos. Porque tales personas no están sirviendo a nuestro Señor Cristo, sino a sus propios apetitos. Con palabras suaves y halagos engañan a los ingenuos. Todo el mundo ha oído hablar de tu obediencia, por eso me alegro por ti; pero quiero que seas prudente para lo bueno e inocente para lo malo. El Dios de la paz pronto aplastará a Satanás bajo tus pies. La gracia de nuestro Señor Jesús esté con vosotros.