Y cuando recéis, no seáis como los hipócritas, pues les encanta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos por los demás. En verdad os digo que han recibido su recompensa íntegra. Pero cuando reces, entra en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre, que no se ve. Entonces tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. Y cuando recéis, no sigáis parloteando como los paganos, pues piensan que serán escuchados por sus muchas palabras. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de que se lo pidáis.