«Venid todos los sedientos a las aguas; y los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin coste. ¿Por qué gastar dinero en lo que no es pan, y tu trabajo en lo que no satisface? Escucha, escúchame, y come lo que es bueno, y te deleitarás con la más rica de las viandas. Presta oído y ven a mí; escucha, para que vivas. Haré contigo una alianza eterna, mi amor fiel prometido a David.
Mira, lo he hecho testigo de los pueblos, gobernante y comandante de los pueblos. Ciertamente convocarás a naciones que no conoces, y naciones que no conoces vendrán corriendo hacia ti, a causa del Señor, tu Dios, el Santo de Israel, porque te ha dotado de esplendor.»
Buscad al Señor mientras se le puede encontrar; invocadle mientras está cerca. Que los impíos abandonen sus caminos y los injustos sus pensamientos. Que se vuelvan al Señor, y él tendrá misericordia de ellos, y a nuestro Dios, porque él perdonará gratuitamente.